El kitsch se asocia al desarrollo del mercado de consumo masivo, tanto así que los teóricos e intelectuales lo ven como el hijo natural de la modernidad. Lo kitsch aparece en la historia en el momento en que la belleza en sus diversas formas es distribuida socialmente, igual que cualquier otra comodidad sujeta a la ley del mercado, de la oferta y la demanda.
La belleza de la provocación es la que proponen los distintos movimientos de vanguardia y del experimentalismo artístico: del futurismo al cubismo, del expresionismo al surrealismo, de Picasso a los grandes maestros del arte informal y otros. El arte ya no se propone proporcionar una imagen de la belleza natural, ni pretende procurar el placer sosegado de la contemplación de formas armónicas. Al contrario, lo que pretende es enseñar a interpretar el mundo con una mirada distinta, a disfrutar del retorno a modelos arcaicos o exóticos: el mundo del sueño o de las fantasías de los enfermos mentales, las visiones inducidas por las drogas, el redescubrimiento de la materia, la nueva propuesta alterada de objetos de uso en contextos improbables.
El arte de las vanguardias no plantea el problema de la belleza. Se sobreentiende, sin duda, que las nuevas imágenes son artísticamente "bellas" y han de proporcionar el mismo placer
La belleza actualmente es de consumo, es masiva. Las personas van a una exposición de arte y compran algo que no comprenden pero aun así lo adquieren porque esta “in” , las personas utilizan ropa de marca, o usan un determinado estilo de ropa para ser aceptados en la sociedad sin importar si esto afecta o no con su aspecto físico, el simple hecho de utilizar algo “masivo” que este dentro de la moda actual hace sentir a las personas como integrantes de un grupo social. Para la mayoría de las personas algo feo es algo que no esta de moda o que no es aceptado por un grupo social, Umberto Eco en su libro Historia de la Fealdad dice: “Para entender los gustos de una época no es justo escuchar sólo a los filósofos. Es necesario entender qué significa fealdad para la gente común"
Y hablando un poco de belleza y fealdad, tuvimos la oportunidad con unos compañeros de hacer un recorrido por la calle del aeropuerto en donde se localizan muchas esculturas hechas en mármol, por artistas extranjeros tanto como guatemaltecos. El hecho de que estén allí exhibidas no quiere decir que todas sean bellas o al contrario que sean feas, sino que simple y sencillamente son obras de arte, expresiones de artistas acerca de la forma en que ver y percibe la realidad. Quiero compartirles dos fotos únicamente, la escultura que mas me gusto y la mas fea, reitero a MI criterio.
La primera obra, “Simbiosis” del canadiense Pascale Archambault, es la que mas me gusto, no solo por la forma en que esta hecha sino por lo que representa. Al momento de verla tuvimos unas diferencias de criterios con algunos compañeros, pero como ya he comentado anteriormente, la belleza no es general sino esta en los ojos de quien la observa. Y me gusto mucho por la representación de la mujer sosteniendo al hombre; algunos dicen que es el momento del nacimiento de un ser humano yo opino que es simple y sencillamente una expresión de amor. La mujer desnuda sosteniendo y besando al hombre, es para mí una representación de sensibilidad y mucho amor, esto independientemente del excelente trabajo del escultor para hacer tal figura humana.
Aquí esta la escultura que menos me gusto, “El Sombrerón” del guatemalteco Luis Díaz. No tengo nada contra las leyendas de mi país, al contrario me encantan, pero ¿Qué tiene q ver esto con el sombrerón? Definitivamente es arte muy conceptual, yo no lo entendí y no me pareció bello, ni estético. Como reitero, la belleza es subjetiva, es una expresión de cada artista y esto es lo que el Sr. Díaz quiso compartir con nosotros, al parecer los jueces si gustaron de esta escultura pero a MI no me gusta. Con todo el respeto que merece el creador de la obra y dándole el crédito por la realización de la misma
En fin la belleza o la fealdad depende mucho de las épocas, como dice Umberto Eco ¿cuál es la idea de belleza dominante en el siglo XX? Y no es que cada época tenga su belleza ideal, sino que, en cada una conviven muchas tendencias al mismo tiempo, incluso sin llegar a los extremos la belleza que distingue a nuestra sociedad esta cuestionado
